1 nov 2014

Hasta siempre Jose Luís


La cuarta jornada de la ACB no será recordada por los resultados deportivos. Poco importa que Laboral Kutxa venciese en el derbi vasco; poco que Unicaja siga con un balance inmaculado a estas alturas de la temporada o que el Barça se impusiera a Guipuzkoa en un duelo con marcador más propio de minibasket. Todo quedó empañado por el fallecimiento pocas fechas antes del que fuera hasta la temporada pasada técnico del CAI Zaragoza, Jose Luís Abós.
 
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El óbito tuvo lugar el pasado día 21, y pilló a todo el mundo del basket por sorpresa. A partir del momento del conocimiento de la noticia, no dejarían de sucederse las muestras de cariño, las expresiones de afecto y las condolencias hacía la familia del técnico y la parroquia Caista.
 
Se iba de forma prematura un técnico llamado quizás a dirigir a un grande en un futuro no muy lejano. Su estreno en el CAI como entrenador jefe, el club de su vida, se produjo en la temporada 2009/10, cuando el club militaba en la liga LEB. Anteriormente ya había ocupado el puesto de ayudante con Mario Pesquera en el Natwest Zaragoza o con Alfred Julbe en el Amway Zaragoza. Desde la LEB llevaría al club a la ACB, a participar en la Copa del Rey, a disputar los Playoffs por el título y finalmente a participar en competición europea. Todo eran éxitos.
 
Sin embargo, el pasado 4 de agosto comunicaba de forma sorpresiva que debía dejar los banquillos a causa de una grave enfermedad. El cáncer se había cruzado en su camino. Tras dicho anuncio, Joaquín Ruíz Lorente, su ayudante, se hacía cargo de las riendas del equipo zaragozano y a Abós no se le volvería a ver en una cancha hasta el 6 de septiembre, cuando acudía al Pabellón Príncipe Felipe a presenciar el encuentro de Copa Aragón disputado entre CAI y Peñas Huesca. Para entonces, el deterioro físico era más que evidente.
 
La enfermedad le iba a privar de volver al que fuera su pabellón, el Príncipe Felipe. No estaría en el partido de presentación del CAI frente al Real Madrid, durante el cual se proyectó su foto y se le mandaron mensajes de ánimo. Sin embargo el técnico utilizaba las redes sociales para confirmar que le llegaban y que apreciaba los mensajes y muestras de afecto. En Twitter publicaría lo siguiente : "Lo que he visto esta noche en el pabellón me ha emocionado y desde luego será inolvidable para mí. Os lo agradezco desde el corazón, GRACIAS!”.
 
Finalmente, tras un funeral multitudinario, repleto de gente el baloncesto, del deporte y de personalidades representativas de la sociedad aragonesa y española, su CAI le brindaba el mejor de los homenajes posibles en forma de victoria ante el Montakit Fuenlabrada. Las muestras de respeto y dolor se sucederían en todas y cada una de las canchas de la liga.
 
Para el recuerdo dejó una muestra final de agradecimiento por la vida y por el baloncesto, a los que mostraba gratitud infinita, en una carta hecha pública de forma póstuma que daba muestra una vez más de su maestría y saber estar.
 
A continuación recojo de forma íntegra dicha carta.
 
"AMIGOS. Como por responsabilidad mía, ya que en ningún momento os quise alarmar acerca de mi estado, estoy seguro que a muchos os habrá sorprendido el inesperado desenlace de mi enfermedad. Aun sabiendo que la operación no fue lo bien que hubiéramos deseado, siempre fui optimista pensando que podría haber una solución alternativa; todo ha sido mucho peor y más rápido de lo que hubiéramos podido sospechar.
 
Quiero mediante estas líneas mandaros un gran abrazo, ya que debido a lo anteriormente mencionado no he podido hacerlo uno a uno con todos los que me habéis animado con vuestros mensajes de apoyo. Por ese motivo os agradezco a todos las muestras de cariño y ánimo que me habéis mandado por cualquier medio y que me han servido para animarme, no sabéis de qué manera. Es muy reconfortante sentirse tan querido y respaldado por tanta gente, lo cual significa que algo hemos hecho bien en esta vida.
 
Yo peleé mucho tiempo por ser entrenador y por poder llegar a ACB, y al final lo conseguí, pero no sin mucho esfuerzo previo, por supuesto. Saber que en este camino he ido acumulando tantos amigos y tanta gente que me aprecia ha sido muy reconfortante en estos momentos difíciles.
Siento que me voy demasiado pronto, que me quedan muchas cosas por hacer pero también me voy con las alegrías que me ha dado la vida, que han sido muchas.
 
En lo personal he tenido la suerte de tener a mi lado una mujer maravillosa. Eva, mi amor. Y unos hijos fabulosos a los que adoro y de los que me siento muy orgulloso, Javier y Paloma.
En lo profesional he podido dedicarme a lo que ha sido mi sueño. EL BALONCESTO. He podido entrenar en el equipo de mi corazón. El CAI. Y he vivido los mejores momentos de mi vida en el Príncipe Felipe. Me he sentido querido allí y el calor que me dio su afición me acompañará allá donde vaya.
 
Cuando pensaba que la vida de los demás seguía mientras yo tenía que apartarme y que poco a poco me olvidarían, me llenó de felicidad y de emoción el día de la presentación ver la ovación, las pancartas, las camisetas de ánimo. Me emocioné como no lo he hecho en la vida.
 
Me voy con el corazón lleno de ese sentimiento. Lleno de agradecimiento a todos los que estabais ese día en el Príncipe Felipe y a los no pudisteis estar pero también os sentíais así. Gracias a mi CAI por tanta felicidad y gracias al Felipe, donde estará mi corazón para apoyar a mi equipo.
 
Me gustaría poder daros las gracias a todos, uno a uno, pero espero que todos sepáis que este agradecimiento genérico es para cada uno de vosotros.
 
Gracias a la vida porque lo he tenido todo. José Luis".
 

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